Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘Uncategorized’ Category

Araña

Read Full Post »

Lo peor del amor

Joaquín Sabina es el referente de millones de personas.
Sus sonetos, sus canciones, su forma de ver la vida.
Una frase mágica.
Cualquier cosa que hace Joaquín Sabina es especial
(Blog de Sabina)

 

 

http://www.joaquinsabina.net/2005/10/29/lo-peor-del-amor/

Sabina

No suelo publicar textos que no me pertenecen -a mi o a sandrita; aunque sandrita a veces creo que tambien me pertenece,- pero ya que talento, a veces, falta y a este tipo le sobra cojonudamente, pense en postear un poema del impresentable -porque se presenta solo-, indescriptible -porque palabras faltan- e indecifrable Joaquin Sabina.

 

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…

(Joaquin Sabina, 2000)

 

Si lo quieren escuchar con sus propios oidos, ahi se lo dejo.

 

Read Full Post »

Sonrisa de Mona Lisa

¿Cuántas horas han pasado? ¿Tres, cinco? ¿Cuántos libros has leído? ¿Cuarenta y cinco? El cansancio le quita el aliento a tu sonrisa, y me pongo a pensar en qué escribir. Te frotas los ojos, casi piensas que no puedes. Yo te miro- por la ventana porque tengo miedo- te miro sin saber porqué y trato de darte fuerzas en mi mente. Y te imagino.

Te imagino corriendo con esa cámara nueva, te imagino con ella en las manos. Tus ojos están brillando, y no saber aún que hacer con ella. En un momento te logras quedar estática y sonríes. Sólo eso logro ver, el aparato no evitaba que viera tras tus ojos; pero tu sonrisa debeló la alegría que sentías, lo feliz que eras por ese instante. ¡Clic! Suena una y otra vez y yo volteo mi rostro empalidecido.
-No me gustan las fotos.- reprocho apático, no por molestia sino porque estaba en un terrible y cómodo trance.
-No seas una nena y sonríe.- Tu sonrisa arrasó con mi descontento y se dibujó una mueca parecida a la sonrisa en mi rostro. Tú no dejabas de reír y tu sonrisa me volvió a dormir.

-Sonríe.- te digo. Vuelvo a la realidad y te veía ahí, desganada. Recuerdo que no te recordaba así, en mi mente no había registro de esa sensación de incomodidad y descontento en la que te veo. Entonces recordé la canción de Louis Armstrong, When you are smiling. Llevé la Laptop a tu lado y te la dejé. Volteas confundida y te dejo un beso en la cabeza.
-Sonríe. Insisto.- doy media vuelta y me voy.

Sería bueno que, también, le hechen una ojeada al comercial.

 

Read Full Post »

Creí…
Que Ud. estaba demasiado afectado
como para poder amar.
Me equivoqué.
Simplemente no pudo amarme.
Eso es bueno.
Me da gusto.
(Cita de Dra. Cameron en House)


Alguna vez me puse a pensar que todos los que escribimos tenemos algo de perdedores. Y no por eso le quito mérito a aquellos que deben su éxito al mundo de las letras, de lo ficticio, de lo irreal. Pienso, que cuando escribimos tratamos de armar un mundo ajeno a nosotros, que trata de ser nuestro. Pero todo eso es mentira, la realidad es una y no podemos hacer nada por cambiarlo: ni con mil poemas (mucho menos con tres blogs mal armados). Tal vez por ello Gabriel sea un poco perdedor. Por pensar que el mundo es como lo escribía, y que con ello se ganaría el amor de alguien que simplemente no lo quiso como creía. En su cabeza empezó a hilar historias, acontecimientos, amores, ilusiones y decepciones. Lo cierto era que su cabeza siempre le jugó una mala pasada. Siempre vio aquello que no era real, a pesar de todo fue bueno mientras duró.

-Me da mucha cólera que se subestime tanto.
-¿Quién?- Le pregunto mientras prendo la pipa con esas sobras añejas de cáñamo que quisimos prender.
-Camila. Siempre dice que es de esas personas que uno no olvida, pero pocos recuerdan.
-¿Y eso?
-No sé, creo que anda deprimida.- Le paso la pipa y logro callarlo.
Pienso que cuando está fumado es más feliz. A veces logra recordar lo que le pasa como si fuera algo cómico, o al menos lo hace con menos melancolía que de costumbre. Esos lentes color azul disipan la tristeza de sus ojos. Eso me alegra bastante, pues no me gusta verlo triste. Es un buen amigo y un pésimo escritor; pero me cae bien.

-Ayer le compré un libro. Pero mejor no se lo doy ¿no?
-¿A quién?- Siempre trato de hacerme el tonto, tal vez así se olvide del tema.
-A Camila, le compré un libro que un día me dijo que le gustaba.
-Déjalo ya. Hasta cuando seguirás con eso. ¡Ya fue!

Algunos días me preocupaba más que otros, pero sabía que era grave cuando no hablaba y se sentaba a fumar un cigarro solo.
-¿Qué te pasa?- Saco un cigarro y lo acompaño.
-Gonzalo me dijo que Camila es su novia. Me lo confirmó.- Seguía mirando el vacío, en espera de una respuesta, pero nada lo llenaba del todo.
-¿Y qué harás al respecto?
-Es lo peor de todo. Nada.
Le costó mucho trabajo asimilarlo. Pero lo logró con el tiempo.

-Antes me ponía a pensar en si me quería, o jugaba conmigo. Pero creo que era todo lo contrario.
-¿Cómo es eso?
-Todo lo contrario pues, o sea ni uno ni lo otro… Aj. Ya me hice bolas… ¿a qué iba?
-Ehm…-Estaba demasiado fumado para pensar con claridad- creo que decías que ni te quería, ni jugaba contigo.
-Ah eso. Es que es eso pues. No me quiso como pensaba, porque soy medio tonto. Pero jamás quiso hacerme daño tampoco. Creo que es como es. No supo manejar las cosas, o que se yo. Pero es una chica buena y ahora está feliz. Eso me pone feliz.
-¿Seguro?- Quise incitarlo, aún no sé porqué, a la contradicción.
-…- Hizo una mueca y alzó los hombros como símbolo de que ya no le importaba.- A veces con las mujeres es mejor no saber lo que es. Es mejor pensar poco y actuar mucho.
-Cierto. Muy cierto.

Es bueno saber que Gabriel pasó la página por fin. Sin titubear ni lloriqueos. Es un tipo que aprende lento pero seguro, o al menos eso me promete. Dice que prefiere prender un porro que arrancar flores esperando algo que no debía esperar. No es feliz, pero tampoco está triste; está en un extraño limbo, a la espera de una historia real, sin magia ni ficción, que lo haga feliz de una buena vez.

La pluma hace al escritor, pero no escribe su vida.

Read Full Post »

Cartas: a Pamela

A veces pienso que soy un niño quejón, que en realidad tuve muchas oportunidades para ser feliz, que pasaron por mí mujeres que quisieron hacerme feliz. La vida me dio posibilidades, y me doy cuenta que no quise aprovecharlas. Bien dice la frase uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. La primera de estas muchachas fue Pamela. Una chica buena, que quería ser mala.

La conocí en el colegio hace varios años atrás. No parecía tener mucha gracia. Era una muchacha promedio, estatura baja, contextura delgada. Sus ojos pasan desapercibidos debido a sus prominentes lentes color rosado, la falda de colegio de siempre llegaba más allá de la rodilla y era poco alentadora. Pienso que no me atraía en absoluto, eso queda claro; pero cuando la vi fuera del colegio las cosas cambiaron un poco.

Era muy pequeño para entender que el uniforme del colegio afeaba a las muchachas, que no hay mujer fea, sino mal arreglada. Cuando vi a Pamela por primera vez, fuera del colegio, quedé un tanto abobado. Usaba un Jean bastante apretado que daba fe se su buena figura, una camisa amarrada al ombligo, el cabello suelto que se movía al son de sus pasos, y lentes de contacto color miel.
-¡Robertito!- me grita al fondo del pasillo.
-¡Pamelita!- respondo sonrojado, haciendo finta que leía un libro.- no te había visto, lo siento-
-Tonto, ya no reconoces a la gente. ¿Qué hacías?- Me pregunta mirándome a los ojos, examinando mi mentira.
-Leía un libro de Bayly, o sea nada interesante. ¿Tú?
-Fumaba un puchito. ¿Quieres?
-No, no. No fumo.- Por esos días aún era un muchacho decente, limpio físicamente, un deportista que no hacía deporte. O sea un perdedor.

A partir de ese día empecé a andar más con ella, hasta el punto de acostumbrarme a verla dentro del colegio. Mis amigos preguntaban porque lo hacía, pero yo prefería dar esquivas para que no descubrirían el secreto del centro de idiomas, y de la muchacha que se escondía tras esas feas faldas. Con el tiempo terminé enamorándola, pero no lograba enamorarme. La quise mucho y procuraba tener esos detalles románticos que a ella le gustaban mucho. Me las ingeniaba para comprar rosas y dárselas de las maneras menos esperadas. O colgar paneles diciendo que la quería, lo que era cierto; pero no lograba enamorarme.

Un día, después de varios meses, no aguanté seguir falseando un amor que no sentía. Por cariño a ella y propio preferí terminar una relación que carecía de sentido. Pienso que querer a alguien como la quería a ella era muy diferente a aquello que uno debe sentir por su novia. Y me di cuenta que no se pueden forzar las relaciones, si uno quiere a alguien debe ser sincero con este. Sin embargo, o por ello, fui un cobarde. Me amilané por varios meses y cuando decidí, solo, que debíamos terminar, no justifiqué de manera concreta mi reacción. Pamela estaba muy triste, no entendía muy bien como cambiaron las cosas; ni siquiera sabía que andábamos mal. Siempre me las he arreglado para que la gente se lleve un mal momento conmigo de la misma manera- siempre-; y es que por ser bipolar cambio de un día a otro.

Pero ella entendió y aguanto. No sería la primera vez que le fastidiaría la vida. Volvería a ella tres veces más, a hacer la misma tontería: Pretender que la quiero y hacer que me quiera. Quererme, más no quererla. Olvidar el pasado sin aprender de él, pretendiendo que jamás se cansaría de ello y que las mentiras se reinventarían día a día. Cuatro veces aparecí y cuatro veces lo arruiné. Hoy, según tengo entendido, lleva una vida normal, con un novio normal. Hoy quiere a alguien de la misma manera que este la quiere. Pero creo que no olvidará que caer con la misma piedra más de tres veces es un problema. Pamelita fue la muchacha a la que, creo, más hice daño y hoy trato de decir mediante este pésimo post lo que nunca dije de manera sincera frente a frente. Lo siento Pamelita.

Para amenizar este no tan ameno post, una cancioncita de los «guns n roses» cuyo video supera toda historia escrita por mil yo’s

¿No es increíble como la guitarra de Slash pareciera que cantara?

Read Full Post »

La pluma asustada.

Aviso parroquial.

El pasado tres del presente, el blog amigo, «a choteadas aprendí», nominó a este cuasi-escritor a un no tan merecido premio: La pluma asustada. En dicho blog tuve el agrado de postear una de las tantas historias que, como saben, suelo narrar.

Si no es mucho pedir, pues siempre pido mucho, sería genial que me apoyen con su voto.

Un saludo a todos.

Roberto.

Su voto se puede hacer efectivo en el siguiente link:

La Pluma Asustada

Enero estuvo copado por nuestros invitados: nos regalaron textos desde melancólicos, hasta jacarandosos, pasando por los heterodoxos. Un poco esa era la idea, ver de qué hablaban los demás, diversificar los temas de este bloJ que juega con la tristeza.
Febrero debe ser más para los trofeos (la Copa Mundial viene a Lima) y menos para los pesados Carnavales. Llevados por ese espíritu, hemos preparado los “Choteadas Award 1°” que, no será como un Grammy o un Globo de Oro, pero lleva todo nuestro cariño bloguero hacia las Plumas Invitadas (lo de “Asustada” es por el efecto mediático de la película de Claudia Llosa nomás).
Los nominados son obviamente las plumas amigas que han leído a lo largo del mes pasado. Ya los conocen, ya los leyeron, ellos esperan su voto. Probablemente, ya tienen un favorito, o dos, o tres; el voto será preferencial, por eso podrán votar por más de uno a la vez, pero solo una vez.
Las elecciones arrancan ahora (vean a su derecha) y terminan el próximo viernes 12 de febrero. El ganador será anunciado en el post del día de San Valentín. No recurriremos a la boca de Urna, ni al hocico de Teni y menos a los cachetes de reii.
Los candidatos podrán hacerse publicidad en sus bloJs personales, en caso los tengan, con total confianza y desparpajo; a despecho, los que no manejan una página web pueden hacer campaña entre sus amigos y familiares.

(más…)

Read Full Post »

[Lima. Cuarto de Joaquín. Dos semanas después del incidente]
-Hoy es cumple de Cyntia. ¿No?- Pregunta Gonzalo.
-Sí, me han invitado, pero tengo otros planes.- Responde Joaquín
-Ok… Pero… ¿No pasaba algo con Pame?- Insiste
-El tiempo lo dirá.

El tiempo no decía nada. Ese era el problema. Joaquín trató de sembrar algo a partir del incidente de la playa, pero no conseguía nada. Cyntia se había vuelto su infidente por un tiempo, pero estaba empezando a hartarse de la actitud de Pame. De esa actitud de no decir nada y hacer poco. Las conversaciones por Messenger resultaron estresantes. Él no sabía que decir y ella no ayudaba con las respuestas. No pasaban de…
Joaquín dice:
-Hola
Pame dice:
-Hola. ¿Qué tal?
Joaquín dice:
-Bien. Con un poco de hambre, pero me da flojera salir comprar comida.
Pame dice:
-Ala ¡que flojo!
Joaquín dice:
-Tengo que salir y caminar y comprar. Es todo un trajín.
Pame dice:
-Bueno. Salir a comprar a mí también me da flojera.
Joaquín dice:
-¿Ves? ¿Y como estás tú?
Pame dice:
-Bien. Acabo de comer. Oye me tengo que ir. Una amiga me necesita. Nos vemos. Cuídate.

Ambos se cambiaron para ir a la reunión en casa de Pedro, amigo de Joaco. Salieron bastante rápido y tomaron un taxi. Joaquín jamás manejaba si sabía que iba a tomar. Era una de las pocas prudencias que toma. Fueron vestidos bastante parecidos, como siempre, pero nunca les importó que la gente piense que son una especie de gemelos. Llegaron al lugar y se aburrieron bastante. Al cabo de media hora, a las diez y media, el celular de Gonzalo sonó.
-¡Goncha! ¿Dónde están?
-En la reu de un pata de Joaquín. No se si vayamos.
-Puta. No sean aguafiestas. Vengan pe’
-Puta. No sé. Hablaré con Joaquín. Es su pata.
-Vengan todos.

Colgó y quedaron para ir con Pedro y dos amigos. A los demás los despacharon y subieron al carro de Pedro, imprudente por excelencia. Su Nissan tenía más tajos que un presidiario de Lurigancho. Cada choque tenía una historia tras él. Pero no tenían tiempo para discutir con Pedro y convencerlo que era mejor ir en taxi. Llegaron en quince minutos a la casa de Cyntia, y ella los recibió bastante ebria. “Pasen, todo el trago es de todos” repetía una y otra vez.

Se acomodaron en un rincón de la sala y empezaron a sacar a bailar a desconocida tras desconocida. Joaco, siempre tan tímido, se limitaba a tomar y conversar con quien fuera. Sin embargo miraba de lejos a Pamela, quién disfrutaba de la fiesta como suya. Bailaba con uno y con otro. No le importaba que Joaquín la mirase con cara de perro triste. Era la fiesta de su hermana; ella estaba en casa. Bailaba a ritmo perfecto con la música, ni más lento ni más rápido. Movía su cabello de tal manera que se hacía notar, o al menos para Joaquín. Cada momento que pasaba lo volvía más nervioso. Cada segundo que corría. Cada gota de sudor que brotaba de su frente. Ella no hablaba con nadie, sólo bailaba y eso lo impacientaba. Para Joaquín en esa fiesta solo existía ella, que bailaba y reía, y él, que la miraba y sudaba.

Prendió un cigarro. Secó su trago y avanzó con miedo hacia ella. La cogió torpemente por la cintura y le preguntó “¿Bailas?” Ella no respondió, solo lo miró y empezaron a bailar. Él seguía bailando con torpeza, como siempre. Le hacía preguntas tontas, como de rutina: “¿Cómo estás? ¿Qué tal la pasas? ¿Hace cuanto llegaste?” –Tonto- pensó.- Es obvio. Está bien. La pasa de maravilla a diferencia de él. Y es su casa. Imbecil-. Cuando dejaron de bailar ella lo despidió con una sonrisa. Él se fue a su rincón a seguir tomando. La situación se repitió un par de veces más y Joaquín seguía siendo igual de torpe. Gonzalo y Pedro lo miraban con pena. Sabían que esto no estaba funcionando así que le propusieron que podían irse. Él aceptó con la cabeza.

Cuando se fueron ella seguía bailando, con sus amigas y amigos. Joaquín volvió a interrumpir por un momento y ella se despidió sonriendo, como siempre. Joaco estaba hecho polvo. En el taxi sabía que había hecho mal, que no era un tipo canchero como su hermano. Que no sabía actuar con audacia ni decir las palabras adecuadas. “Soy un completo gilipollas” Pensó.

(más…)

Read Full Post »

[Lima. Cuarto de Joaquín. Una de la tarde]

El zumbido del Messenger lo despertó. Se tomó todo el tiempo del mundo para levantarse de su cama. El ritual de todos los días era necesario para amanecer de buen humor. Cogió la coca-cola del velador. Tomó un par de sorbos. Prendió un cigarro y cogió un pedazo de pan que empezaba a secarse. Se lavó el rostro y se acercó a la laptop que seguía zumbando sin descansar. En el monitor lee:

Isabel dice:

-¿Joaco?

Isabel dice:

-Joaco, ¿estás?

Isabel te ha enviado un zumbido.

Isabel dice:

-Carajo te conectas por las huevas ¿no?

Isabel te ha enviado un zumbido.

Isabel dice:

-Cuando despiertas me llamas. Es acerca de mi cumple, ya hice las reservas. Me llamas ¿Sí? Cuídate Marrano.

El último mensaje se había enviado minutos atrás. Así que aprovechó para llamarla al instante. Sabía que no tenía que explicar que estaba dormido, porque todo el mundo conoce como es Joaquín cuando se trata del sueño. Del dogma del sueño. El cual, para él, es casi un sacramento. Pero aún así, por cortesía, tenía que disculparse.

Click aquí para seguir leyendo.
En Achoteadas aprendí.

Read Full Post »