La mañana estaba muy soleada y nunca me gustó mucho el sol. Los grandes ventanales del nuevo departamento dejaban entrar demasiada luz, me obligaron a despertarme a regañadientes. No estaba de buen humor; dentro de mí había especie de mal humor y nostalgia. Nostalgia por el reencuentro de hace unos días con Pamela, la novia que recuerdo con mayor cariño. Había terminado con ella hace unos años, y me resistía a creer que fue un error.
-¿Será que me equivoqué tanto?- me preguntaba.
Nos encontramos porque los editores de Gente querían organizar un campeonato deportivo inter-áreas para que los trabajadores liberen un poco de estrés. Pamela trabajaba en el área de fotografía encargándose de las fotos culturales, y había llegado al evento con un grupo de colegas. Se veía feliz y radiante. Su cabello mostraba que estaba llevando una vida bastante ligera y despreocupada. Tenía ese look natural que, recuerdo, me gustaba bastante. Pienso que siempre me interesó la actitud despreocupada de Pamela, y lo graciosa e inteligente que era. A pesar de la pequeña diferencia de edad, creo, que la admiraba un poco, de alguna manera tramposa lo hacía.
-Los años te han vuelto ingrato Martín.- Me increpaba Pamela con una sonrisa.- Ya no sabes saludar.
-Estuve entretenido con el partido, lo siento. Dime, ¿cómo has estado? Te veo feliz.
-Nada, estoy tranquila nomás. Lo que pasa es que en mi área no nos explotan como locos y nos pagan mejor.
No pude levantarme hasta que la idea se disipó de mi cabeza, al cabo de diez minutos. Sentía que, además de tener el aliento pastoso, mi orgullo me exigía olvidar un poco el tema; pero durante lo que vino del día la idea regresaba más de una vez. En el ascensor de la entrada, mientras redactaba la entrevista con el virtual alcalde de San Miguel, después de almuerzo, en el camino de regreso al departamento, antes de dormir.
[Lima, dos años atrás]
-¿Cómo haces lo haces?
-¿Cómo hago qué?- Le pregunto confundido. Habíamos terminado de ver el nuevo capitulo de la segunda temporada de Dr. House. Ella hacía zapping en la tele y yo la miraba recostado en sus piernas.
-¿Cómo haces conquistarme si eres una nena engreída?- Estaba un poco cansado por haber logrado entrar a la redacción de la revista y la universidad terminaba de liquidar lo último de mi aliento.
-¿Tan nena soy?- Pamela, como todos los viernes, había preparado almuerzo en su casa y me reservaba una tajada de pie de manzana. Ella decía que lo hacía con cariño, pero yo seguía insistiendo en que quitarle la comida a su hermano no era lo más prudente.
-Lo eres. Pero peor es nada. Al menos tengo un novio que dice que soy la mujer más linda del mundo- en tono irónico.
-…- Me quedé mirando al vacío y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
-¿De qué te ríes, NENA?- Empezó a fruncir el sueño por imaginar de qué me reía
-Que, al fin y al cabo, no necesitas un novio que te diga que eres la mujer más linda del mundo. Lo eres.- Entonces olvidó la molestia y superó mi sonrisa con la suya; que por cierto es más linda.
Después que terminamos traté de no verla directamente, ni escuchar de ella en los pasillos de la revista. Cuando tenía que pedirle al área de fotos algún fotógrafo, rogaba porque no tenga que ser Pame. Sin embargo ella ya se había encargado de eso y nunca aceptaba ninguna petición que mandaba por correo.
[Lima, hoy]
Había pasado una semana desde que me la crucé en el inter-áreas. La frecuencia de su recuerdo se redujo bastante, sin embargo no seguía del todo cómodo. En las reuniones con los amigos del trabajo me había dado cuenta que siempre era el mal tercio. Todos mis buenos amigos decentes tenían una relación estable y, en el peor de los caso, ya estaban casados. Cuando me dí cuenta de ello, terminé de almorzar, cogí el teléfono y marqué su número.
-¿Aló?
Roberto, como siempre es bueno leerte, y leerte despues de tiempo aún más.No obstante, disfruto mas al Roberto, que escribe » sus personales», pues por extraño que paresca uno se siente identificado y atrapado en la lectura.
Ahora entiendo… lo siento, lo acabo de leer.
¿qué has entendido, loco?
Me lo guardaré de momento y seguiré observando.