En el principio, la palabra oral fue la única encargada de transmitir información, el conocimiento se propagaba de generación en generación en forma de cuentos, mitos y demás representaciones que se reinventaban cada vez que se ponían en escena. Luego llegó la palabra escrita, y su irrupción en el mundo oral fue muy similar al que provoca la Internet en la era digital. Con ella se logró obtener avances en todas las ciencias sin precedentes, haciendo posible que la información perdure más allá del tiempo. Ahora, aunque sus detractores traten de negarlo, se ha vuelto a romper el paradigma; el paréntesis Gutenberg se terminó con la llegada de la Internet.
Esta irrupción en nuestras vidas ha generado un debate muy válido acerca de los cambios que produciría este en nuestra forma de consumir, de leer, de explorar e interactuar. Dicha interferencia ha llegado a calar a tal punto que ha hecho que medios tradicionales de comunicación replanteen sus formas de generar información y de relacionarse con sus consumidores.
Una de las representantes más emblemáticas de esta ola de cambios en el periodismo es Arianna Huffington, escritora, columnista, directora y editor adjunto del sitio web más influyente de los últimos años: The Huffington Post. Su modelo de buen periodismo en la red ha desmentido el mito que se tenía del periodismo digital, cuando la red era aún joven y se creía que el trabajo en la web se restringía a la agregación.
Pero han transcurrido tres años y el ejemplo de Arianna ha demostrado lo contrario: que para que el periodismo perdure en el tiempo, es necesario que los medios tradicionales abracen y se adapten a las nuevas herramientas que ofrece el mundo digital, sin olvidar los valores del periodismo tradicional.
La fórmula de Arianna Huffington se resume en la siguiente frase “haz lo que sabes hacer bien, y el resto linkéalo”. Se trata pues de una integración de grandes cantidades de material añadidas por agregación, sumada a periodistas de calidad dedicados a la investigación de contenidos propios y un grupo importante de bloggers interesados en hacer sentir su voz.
Todo bien, pero la pregunta que falta hacer entonces sería: ¿Podrán los medios virtuales escaparse del yugo de las marcas que lo auspician? En la Internet existe un fenómeno que no ocurre en otro medio: que el ‘Long Tale’ del mercado, es decir todos los pequeños anunciantes que no pueden solventar un anuncio en televisión, son el insumo base de su publicidad.
Sin embargo la publicidad por Internet no ha sido desarrollada a totalidad, los usuarios no están del todo acostumbrados a las compras virtuales y hace falta de un nuevo modelo de negocios. Al menos en Perú, los esfuerzos de periodistas por trabajar independientemente se han visto volcados en el trabajo con instituciones que buscan solventar este tipo de proyectos, pero igual se ven bajo la influencia de un tercero. Habrá que inventar un modelo de negocio nuevo, fresco, que funcione en una plataforma inacabada como es la Internet, para que también se integre a este nuevo periodismo.