A veces, cuando quiero recordar cómo llegué aquí, sólo llego a acordarme que no recuerdo nada de lo que pasó más allá de tres años atrás. No tengo buena memoria francamente, por eso a veces olvido que duermo casi en la calle y me siento tranquilo por un minuto; sólo un minuto. El cuarto que habito apesta a muerto, a veces sueño que soy yo el que morí, o al menos mi alma. No recuerdo bien quién soy, cuando los médicos trataron de diagnosticar mi mal, ya era muy tarde. Pienso que los medicamentos que tomo no surgen efecto, cada día me olvido más de las cosas.
La quimioterapia quitó rastro de bello en mi piel, mis ojeras pesan tanto que cierran mis ojos todo el día, me duele todo cuando estoy despierto y lo único que me sigue calmando son las dosis de marihuana que me recetó el médico luego de empezar con la quimio. Es irónico, después de llevar la vida de la manera que, me dijeron, llevé, luego de tantas rolas y jaladas, luego de vivir cada fiesta como la última, luego de haber estado stone de tal maneras por las tardes, que no recordaba un almuerzo en el que me sentara a la mesa lúcido, me vengan a recetar dosis de marihuana medicinal. Es curioso ¿no?
Estoy en mi casa todo el día, y a veces, mientras converso, olvido de que estaba hablando. Cuando el médico me dijo que era “algo así como el Alzheimer” me quedé privado, dejé los estudios y me deprimí más aún. A veces olvido porqué estaba deprimido. O de que estoy enfermo. A veces sólo lo recuerdo cuando no recuerdo las cosas.
Lo bueno es que tengo una novia. Una muy linda, de cabello marrón ondulado y mirada pícara. No sé qué música le gusta, pero seguro que le gusta alguna. Dicen que le estudia algo relacionado a pacientes, creo que le dicen doctora algo, pero me tiene sin cuidado. No recuerdo nunca su nombre, pero creo que la quería mucho, o al menos eso pienso. Todas las noches me cuenta una historia, dice que se parecen a las que vivíamos, pero que ella siempre exagera. Viene cuando se pone el sol, luego de su clases en… no recuerdo donde. Y prepara café con leche y tostadas con mantequilla. Lo hace con mucho amor, o eso parece. Aún no se porqué viene seguido, pero… ¿A qué iba?
Al llegar la noche a veces sueño. Sueño que todo es diferente y que lo recuerdo todo, que acabé la universidad y que soy periodista, porque la chica que viene todas las noches siempre me dice que soy periodista. Sueño que tengo una casa pequeña y un café en la avenida Larco, ella siempre cuenta historias del café de la avenida Larco.
Quiero volver a tener mi vida, pero no recuerdo muy bien cual era…. ¿A qué iba?
Me dio ganas de que tu blog tenga la opción de poner «me gusta (y)» como el facebook.
Sé que lo que acabo de decir es horrible, pero como lo olvidaras… ¿Qué más da?
Un abrazo.